en general me levanto temprano
porque me da culpa levantarme después de las nueve.
a veces no tengo nada que hacer.
me preparo café o chocolatada,
decisión determinada
por el clima, las ganas, el peso
y la sensación de madurez.
me siento ante la computadora
y empiezo hacer todo lo que no tengo que hacer.
a veces sí tengo cosas que hacer.
cuando estoy cansada
por haber dormido mal
y forzarme a despertar temprano
me siento a trabajar en la cama
hasta que llego a la posición horizontal
y duermo una siesta
en la mitad de la mañana.
aprendí que el truco para vencer
el cansancio constante
es hacer siestas que oscilen
entre los veinte y los cuarenta minutos.
dos o tres por día, o cada vez que uno
esté cansado.
las mejores veces siempre son
cuando tengo cosas que hacer
y las hago bien, con eficiencia
y celeridad,
no en pijama, sino
vestida, con zapatillas, peinada, bañada
y a veces hasta maquillada.
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